El mayor regalo: nuestro bebé

Uno de los días más importantes de nuestra vida: Aquel en el que un aparatito nos muestra dos rallas que cambiarán nuestra vida.

Ese día, los sentimientos van en una montaña rusa: Alegría, amor, miedo, inseguridad...

 

Recuerdo ese día como si fuera ayer. Estaba sola y tenía que ir al trabajo. Pensaba que todo el mundo me miraba... Un milagro de la naturaleza tan común y tan especial al mismo tiempo... Millones de embarazos a lo largo de la historia que no quitan importancia al nuestro.

 

Dar la noticia se convierte en un acto fundamental. Esperar el momento más especial para llevarlo a cabo aunque la impaciencia no te deje que finalmente sea así. Al final coges el teléfono como una poseída (nada de chats comunes en esa época) para compartir tu gran noticia.

 

Desde el minuto uno quieres a ese bebé. Desde el minuto uno sientes un amor que es imposible de describir. También desde el minuto uno sientes un miedo incontrolable a que algo malo pueda ocurrir.

 

El embarazo... Muchas lo describen como lo más maravilloso que una mujer puede vivir.

En mi caso fue maravilloso por portar a ese ser que resultó, no hay otro adjetivo, maravilloso. Pero... no podemos negar que hay muchos aspectos que no se llevan tan bien como se espera o que, simplemente, no conoces tan bien como sería necesario: Las náuseas, el no poder tomar lo que apetece en un momento dado, el quedarte dormida en cualquier sitio y, cómo no, ¡El ganar kilos hasta con un vaso de agua!!

 

Finalmente, el día tan esperado. El día en el que verás a tu hijo por primera vez. Y el día en el te sentirás agotada, sin poder sentarte, con una talla 120 de pecho y en el que dejarás de dormir. 

 

Los detalles, al final, no son lo prioritario o, al menos, se irán difuminando con el tiempo. Lo esencial es que un ser pasará a formar parte de tu familia. Un ser por el que darías la vida...